Dicen que el hogar es el lugar donde crecemos deseando marcharnos y adonde deseamos regresar cuando envejecemos. Para la generación de nuestros padres y abuelos, llega un momento en el que el hogar se convierte en su centro de bienestar. El refugio más cálido y seguro, la historia de su vida, el lugar donde se esconde la intimidad, los recuerdos, los rituales cotidianos… Envejecer en casa es, cada vez más, una aspira­ción y un deseo personal.

La eliminación de barreras y la adecuación de todos los espacios del hogar a las condiciones particulares de cada una de las personas que habitan en él, es fundamental para garantizar un envejeci­miento activo.

En Dandelion trabaja un equipo de intervención domiciliaria multidisciplinar. Sólo así podemos garantizar una atención integral y de calidad para cada per­sona. Todos nuestros programas son personalizados, con un marcado carácter preventivo y rehabilitador.

Limpiezas puntuales, generales, a fondo, cambios de temporada, mantenimien­to y pequeñas reparaciones en el hogar, cuidado del vehículo o de las masco­tas… cuando el hogar sigue siendo el centro de su vida, Dandelion garantiza un equipo de intervención que realiza todo lo que ellos ya no pueden.

Ni siquiera cuando nuestros padres fueron niños dispusieron de tal cantidad de tiempo libre como la que ahora tienen. La vida se alarga y, cuando el trabajo deja ocupar nuestras horas principales, el ocio y las relaciones sociales pasan a un primer plano.